domingo, 7 de junio de 2020

Pequeña historia de Roma

El Imperio Romano fue el tercer período de la antigua civilización romana en el año 753 a. C. El primer período fue la Monarquía y el segundo, la Monarquía; según la tradición romana, el origen  de Roma se remonta a los hermanos gemelos Rómulo y Remo que, de recién nacidos, fueron amamantados por una loba llamada Capitolina.


Cuando crecieron, Rómulo mató a su hermano Remo y después fundaría la ciudad de Roma sobre el monte Palatino que después se convirtió en el primer rey de Roma.


La forma política de Roma sería la Monarquía hasta que fue expulsado el último Rey Tarquinio, El Soberbio, después de la expulsión, se creó un Senado permanente que decidió abolir la Monarquía convirtiendo a Roma en una República.  



Durante la etapa republicana, su principal competidora fue la ciudad Púnica de Cartago, las guerras Púnicas llevaron a Roma a salir de sus fronteras naturales en la península Itálica y adquirir poco a poco nuevos dominios que debía administrar como Sicilia, Cerdeña, Córcega, Hispania y Liria; fue en ese momento de la República cuando las conocidas siglas SPQR; “SENATUS POPULUSQUE ROMANUS” que es como El Senado y el Pueblo Romano que se convirtieron en el símbolo de Roma.



Roma se hizo con el control de la Cuenca del mediterráneo y los dominios se hicieron tan extensas que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado incapaz de moverse de la capital ni tomar decisiones con rapidez.



Entonces surgieron personajes ambiciosos como el General Julio César, quien no solo amplio los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que desafió la autoridad del Senado Romano y reveló la importancia que poseía la autoridad sobre las tropas para obtener rédito político. Tras la guerra civil que enfrentó a Pompeyo y al Senado, Julio César se había elegido el mandatario absoluto de Roma, Dictator Perpetenes.



No había agradado a los miembros más conservadores del Senado Romano que conspiraron contra César y lo asesinaron durante Los Idus de Marzo dentro del propio Senado.


 

Este asesinato no pasaría desapercibido por el joven hijo adoptivo de César, Octavio Augusto quien se convirtió años más tarde en el primer Emperador de Roma tras derrotar en el campo de batalla; primero a los asesinos de Julio César y más tarde, a su antiguo aliado Marco Antonio incluida a Cleopatra VII de Egipto, en una ambiciosa alianza para conquistar Roma. A su regreso a Roma, el poder de Octavio Augusto fue enorme, tanto como lo fue la influencia de sus legiones.



En el año 27 a.C., se estableció una ficción de normalidad política en Roma, otorgando a Augusto por parte del Senado entregando el título de Imperator Caesar Augustus, que significa vencedor en la batalla, además lo convertía en comandante de todos los ejércitos y formalmente, nunca aceptó el poder absoluto que de hecho, lo ejerció. Aseguró su poder manteniendo un frágil equilibrio entre la apariencia republicana y la realidad de una monarquía dinástica.



Los primeros emperadores desde Augusto hasta la muerte de Nerón 27 a.C. y 68 d.C., formaron la dinastía Julio Claudia pues, el reinado de Nerón se asocia comúnmente a la tiranía y a la extravagancia. A este personaje se lo recuerda por una serie de eventos, de ejecuciones sistemáticas incluyendo la de su propia madre y de la creencia generalizada de que, mientras Roma ardía en un gran incendio, él lo contemplaba de lejos tocando la lira. Tras el período del 68 al 69 a.C., el año de los cuatro emperadores Galba, Otón, Vitelio y Vespaciano, dio paso a la Dinastía Flavia. A los flavios le sucedió la Dinastía de los Antoninos que le trajeron la época Romana. 

 


 

A largo de la época del siglo II, el imperio alcanza su máximo esplendor y se destaca l figura del emperador Trajano, quien nació en una provincia de Roma y fue querido por su pueblo por la eficacia de lo que gobernaba.

 

Constantino, El Grande, fue el primer emperador cristiano, en el año 325 se hace el primer Concilio Ecuménico donde se dictan las clases del clero oficial. El Imperio Romano consiguió dominar una vasta extensión territorial con unas mismas costumbres y un mismo modus vivendi para la ciudadanía multiétnica.

 

Los ciudadanos romanos se dividen en Patricios, plebeyos y esclavos. Los Patricios se denominaban a las familias más antiguas de Roma y estos poseían privilegios. Los plebeyos solían ser campesinos, comerciantes y que también constituían el grueso del ejército y por último los esclavos, estos no tenían derecho de ningún tipo, normalmente, eran prisioneros de guerra y se les obligaba a hacer los trabajos más duros con un destino muy peculiar porque dependía de la benevolencia o crueldad de su amo. Además, eran utilizados para satisfacer las ansias de diversión del emperador y del pueblo.



En conclusión, Roma está enraizado en nuestras tradiciones políticas culturales y literarias. En nuestra forma de pensar, es imposible entender la idiosincrasia de Occidente sin la civilización romana, puesto que esta ha influido en nuestra sociedad.



A continuación, les dejamos un link sobre el Imperio Romano en diez minutos.




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Conclusiones

Esperamos les haya servido de mucho este fantástico viaje a través de los clásicos. Hemos preparado un pequeño vídeo para que lo disfruten: ...