LA IMPORTANCIA Y LA PERTINENCIA DE LOS CLÁSICOS EN LA FORMACIÓN INTEGRAL EN LA SOCIEDAD ACTUAL.
Por: Giovanny Hidalgo
La importancia de los clásicos anida en la
posibilidad de resignificación en cada época de la historia y su permanencia en
la actualidad que se basa en el contenido de sus obras por ser de calidad para
reflexionar y analizar sobre el sentido de la vida y la cotidianidad que esta
lleva. Debemos entender que como seres humanos, tenemos el derecho de decidir
entre lo bueno y lo malo, pero los actos que se escojan, a la corta o a la
larga, son responsabilidad de cada uno de nosotros. La sensatez y la prudencia
son valores fundamentales para una vida exitosa porque permite valorar al ser
humano no por lo que hace, sino por lo que es de esta manera, los clásicos
tienen elementos protrépticos porque nos hacen recordar y reflexionar sobre la
responsabilidad que tenemos como seres humanos, de la voz articulada sobre la palabra y de su importancia. Esta palabra refleja
los conocimientos, culturas y tradiciones de los pueblos para que trascienda en
las futuras generaciones, pero siempre y cuando se practique para mejorar las
relaciones interpersonales de la sociedad. Los clásicos están a disposición,
esencialmente, para quienes desde la sensibilidad se dispongan a conocerlas,
valorarlas y ponerlas en práctica en la vida cotidiana.
Al acercarnos a los clásicos, abrimos
nuevas brechas y nuevos horizontes que permiten ver la vida de otro modo, con
nuevos ojos a la realidad y recordando que todos tenemos errores y virtudes,
pero que, también, podemos reivindicarnos, pensar antes de actuar y ser mejores
personas. La tradición, su conocimiento e incluida su valoración y respeto, son
elementos esenciales para conseguir la innovación y para encontrar la huella
propia de cada creador dentro de la literatura clásica, pero siempre recordando
su responsabilidad social como miembro de una comunidad. El mundo está plagado
de vicios y placeres que permite que tomemos decisiones adecuadas o
inapropiadas, puesto que tenemos libre albedrío y libertad de decidir por uno
mismo, pero no se debe confundir la libertad con el libertinaje, ya que este
segundo concepto se relaciona con trasgredir las leyes, normas y valores que
tienen los seres humanos en la sociedad.
Para ejemplificar la condición humana en
este mundo de placeres momentáneos, podemos tomar la figura de Ulises en su nekyia de la sátira horaciana en la que
busca consejos de Tiresias para recuperar su fortuna. La reflexión que hace Ulises
sobre la necesidad de pasar de héroe a antihéroe, es considerada como
posibilidad para todos e inclusive para el doliente y sensato Ulises. Esta
reflexión de pasar de héroe a antihéroe, la hace también el Señor Jesucristo cuando
decidió morir por todos nosotros para darnos vida y esperanza en medio de las
tribulaciones. Jesús fue exaltado y alabado con palmas en las manos del pueblo
de Jerusalén, prácticamente se convirtió en un héroe y salvador, pero después,
Él decidió cumplir la voluntad de su Padre y terminó en una cruz como un
antihéroe. Utilizo esta referencia, posiblemente como una advertencia general
aunque en Ulises, él escoge permanecer en su condición humana y defender lo que
ha conseguido con mucha dificultad y esfuerzo, además las decisiones y
elecciones que ha tomado para construir su propio mundo humano, a pesar de tener
placeres y tentaciones como la de Circe que ofreció placeres a Ulises y también,
por haber tenido una inmensa tentación hecha por Calipso de dejar su condición
humana y obtener juventud eterna e inmortalidad.
Por eso es importante leer y analizar los
clásicos y la valoración de los poetas helenos y latinos reales que se han
destacado ya que constituyen una referencia importante en los procesos de
creación para los escritores en la actualidad. Las obras que sobreviven al
tiempo, al espacio y a las traducciones se caracterizan por la posibilidad de
su universalización en el tratamiento de las grandes inquietudes que han dado
caracterización al ser humano a lo largo de la historia. Por consiguiente, las
interpretaciones y valoraciones que se realizan en las distintas épocas son
importantes, pero en los textos clásicos es un objeto estético, establecido y
normalizado, fruto del esfuerzo, del conocimiento, la capacidad y el ejercicio
académico de los artistas. De esta manera, para realizar interpretaciones, valoraciones
e inclusive críticas que podamos realizar, dependerá del conocimiento profundo
de la obra clásica y las posibilidades de interrelación que encontremos en las
mismas; pero también encontramos esta interrelación gracias a la preparación en
el ámbito de la teoría, experiencia lectora, nuestra sensibilidad e
interpretación del mundo y, obviamente, el desarrollo del pensamiento
sistemático.
La literatura clásica ofrece la
posibilidad de desarrollar nuestra formación integral para quien escudriña con
mucha cautela y precisión su contenido. Somos personas con un intelecto y
capacidad distinta, pero también tenemos sentimientos, valores y empatía con el
prójimo a diferencia de la “masa” que se conforma de acuerdo a múltiples
circunstancias sociales, específicamente a las carencias. Prácticamente el arte
ha sido banalizado o ha tenido su importancia y por esta razón, los seres
humanos tienen ciertos prejuicios o sensibilidades al arte en la formación
integral. Por esta razón, Horacio formula una distinción entre las personas
sensatas a quienes se deberían recurrir en busca de una crítica constructiva de
la masa (la canalluza), que no posee educación, criterio, ni ánimo para hacer
una pausa en la vida cotidiana y una reflexión en el mundo vertiginoso de la
cotidianidad y las obligaciones que cada uno cumple. En la actualidad, las
novelas, reality shows y otros programas han servido de distracción y
jocosidad banal sin argumento, pero recordemos que en la antigüedad clásica
helena existía representaciones teatrales y en las obras de Plauto o Terencio que,
no solo era con propósitos de distracción, sino esencialmente de formación
ciudadana además que, las comedias tenían un elemento protréptico sobre la educación
cívica de las personas. El arte no es banal y se puede comprobar en las
referencias que se han encontrado en los discursos de Cicerón, en la
importancia que brinda Catulo a sus poemas, específicamente a los epigramas,
las lecturas de las Bucólicas, las Geórgicas y la Eneida de Virgilio añadiendo también,
las Sátiras, Odas, Épodos y las Epístolas de Horacio; Epístolas morales a
Lucilio de Juvenal y las Sátiras de Juvenal; todas estas obras nos confirman y
reafirman que el arte no es banal. Pero en el imperio Romano, tanto Nerón,
Calígula como Cómodo, los espectáculos de gladiadores y los mimos se utilizaron
como distractores, mas no como manifestaciones artísticas que influían en la
formación de la conciencia cívica.
Mi acercamiento a la literatura clásica
La literatura clásica es, indudablemente,
una fuente inagotable de sabiduría, no por nada ha perdurado tantos años, pero
la mayor maravilla de esta literatura es su falta de fecha de caducidad, precisamente
esa es la razón por la que cada vez mapas, hay personas que dedican sus vidas a
ver nuevas aristas para estas obras, pero entonces, ¿por qué no hacemos filas
para aprender sobre esta literatura que nos sobrevivirá? Considero que la
humanidad no es del todo consciente de todo lo que ha sido capaz de hacer, pero
lamentablemente la vida no nos alcanzaría la vida para preocuparnos por cada persona
que elige la ignorancia en esta era de hípervelocidad. Por mi parte si he tenido
la oportunidad de acercarme a estas obras literarias y por eso hablaré de mi
propia experiencia y de la pertinencia de la lectura de estas maravillosas
obras.
Antes que nada, debo preguntarme el por qué las personas no leen, probablemente y como dije antes, no saben lo que pueden explorar, o tal vez no saben por dónde empezar. Es necesario expandir nuestros horizontes, la literatura clásica es el inicio de todo lo que conocemos ahora, esa es otra de las razones para acercarse a esta literatura, el iniciar desde el origen, aunque parezca complicado, vale la pena, ya que le otorga al lector una visión más panorámica de los textos, en la que es capaz de notar los hilos que unen las obras modernas con las más antiguas, a mí me ha pasado en varias ocasiones y debo decir que todo da un vuelco cuando tomamos en cuenta a los clásicos para ver o leer alguna historia, sobre todo con los motivos, cuando tenemos en cuenta los motivos, todo personaje puede acercarse al mítico Odiseo, amar como Narciso o pelear como Aquiles. Mencioné anteriormente algunos referentes clásicos en la actualidad, pero quiero volver a mencionar a uno de ellos y es Fullmetal Alchemist que es un cómic japonés de la demografía Shonen, lo que implica que está dirigido para un público adolescente, se puede pensar a simple vista que la Odisea y esta obra están muy lejos, pero vemos algunos motivos que hacen lucir a estas obras similares, vemos al amor filial, el viaje y aspectos discursivos en los que estas obras, aparentemente tan diferentes, pueden cruzarse; este es solo un ejemplo de todo lo que podemos encontrar dando un pequeño vistazo hacia atrás para leer los clásicos. El haber notado estas similitudes me dio un gran apego, tanto como al manga como a la literatura clásica, por lo que me resulta imposible no decir en cualquier oportunidad que tenga que el entender los orígenes ayuda comprender la actualidad desde un punto de vista distinto, más amplio, más limpio; sistemático.
Ya que mencioné
nuevos puntos de vista, debo hablar de la ética y la moral de este tiempo vista
desde el punto de vista de los clásicos. No es un misterio para nadie el cómo
se encuentra el mundo, una especie de caos cibernético que, a pesar de resultar
abrumador, nos absorbe haciéndonos creer que es parte de nuestra cotidianidad, resultando
evitable para el que quiere lucir testarudo e indispensable para casi la
totalidad de la población. Ahora me preguntaré, ¿qué puede ver la literatura
clásica en esta parte? Pues, como buena herramienta que es esta literatura,
puede caber en cualquier lugar sin mucho esfuerzo, solo necesita alguien que la
sepa usar. En los tiempos de la Grecia antigua, la literatura era usada también
con un fin pedagógico, por lo tanto, se usaba como registro de la historia,
libro escolar y por lo tanto, la manera de comunicarse con las generaciones
futuras, entonces, si sabemos buscar, esta literatura nos va a aconsejar en los
momentos más oscuros.
Tal vez sea
preciso pensar en los problemas como los monstruos que había que sortear en las
travesías o las bestias que requerían de inteligencia para permitir el paso a
extraños como esas encrucijadas de la vida que ameritan una reflexión intensa. Al
igual que nosotros, los personajes de esta literatura también sentían, no eran
seres perfectos e invencibles, tenían problemas, se deprimían, lloraban y se
sentían confundidos, se veían obligados a tomar decisiones difíciles y tomaban
una posición con respecto a lo que pasaba en su sociedad y es preciso que
nosotros hagamos lo mismo, pero tomando en cuenta los valores que nos presentan
ellos mismo, como la hospitalidad, el deber, la concordancia, el respeto y
muchos más. Las clases de valores no deben darse solo a los niños, deberíamos
exigir que quienes nos gobiernan tengan esta educación tanto como nosotros,
¿Creen que un político sería corrupto después de saber cómo murieron Icaro o
Acteón? Por lo menos yo creo que lo pensarían dos veces, debido a que, puede
ser que la justicia actual no sea como la de antes, pero existe y viene de diferentes
formas; los clásicos no nos enseñan a temerle, sino a respetarla, a vivir con
coherencia de nuestras palabras y acciones para vivir sin temores y sin más vicios
que la buena literatura y el conocimiento. Yo misma doy fe de cómo esta
literatura puede apaciguar nuestros espíritus y por qué no, darnos un sentido
nuevo.
También
podemos decir que esta literatura forma parte de la cultura general, pero
podemos verlo desde un punto de vista más amplio, podemos notar el como la
literatura y por lo tanto, el alma humana ha cambiado, en términos simples podemos
decir que hemos evolucionado, pero yo me preguntaría si eso es cierto,
obviamente tenemos máquinas que pueden hacer prácticamente todo por nosotros a
diferencia de la Roma antigua en la que los desagües eran alta tecnología, pero
¿realmente estamos envueltos en situaciones distintas? ¿nos sentimos diferentes?
¿nos hacemos preguntas diferentes? Considero que la vigencia de los clásicos
nos puede responder esas preguntas, el hecho de que los consejos de los
escritores clásicos aún sean capaces de resonar en las almas de personas nacidas
dos mil años después nos muestra que el ser humano no ha cambiado demasiado,
por lo menos en sus sentimientos. Puede ser que el mundo haya cambiado, que
hayamos dibujado y borrado fronteras y que las guerras hayan estado cerca de aniquilarnos,
pero aún somos capaces de sentir y creo que eso es precisamente lo que nos hace
humanos, por lo tanto, la literatura clásica es y debe ser cultura general, no
solo por que se debe saber, sino porque nos recuerda de donde venimos y quienes
somos; humanos.
Para concluir, es preciso decir que
la literatura en general contiene las emociones humanas, pero que los clásicos
no pueden ser comparados en ese sentido con los contemporáneos por el hecho de
ser antiguos y haber sido capaces de trascender a la crueldad e irracionalidad
de algunos seres humanos a lo largo de la historia. La literatura clásica no
solo se resiste a ser olvidada, tampoco sobrevive, sino que vive en plenitud,
ya que esta literatura es completamente irresistible. Me atrevo a decir que los
hombres no solo compartimos la muerte como destino, sino que también compartimos
nuestro origen y si lo queremos ver así, esos son los clásicos.
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